La próxima visita de Benedicto XVI a México, difícilmente se puede desligar de la acción electorera, aparte de reforzar la presencia de la iglesia católica en la política mexicana.
El presidente Felipe Calderón, de seguro asistirá a Guanajuato para besarle la mano al jerarca romano, se tomará la fotografía del recuerdo, esto, para tratar de mejorar su imagen al exterior.
Va a ser imposible que los panistas utilicen la visita del prelado para continuar en Los Pinos, Ratzinger, no va a entidades donde no gobierna el PAN.
La idea es que el obispo romano esté bien cobijado para tratar de evitar que le recuerden su alianza con Marcial Maciel y Los Legionarios de Cristo, a la cual abjuró a medias cuando asumió la jefatura de la iglesia católica mundial.
Ratzinger irá a estados donde se apoya la militarización, su "labor pastoral" en México, tiene como meta influir en el Congreso de la Unión y diluir poco a poco, la división estado-iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario