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miércoles, 18 de enero de 2012

::AHÍ TE HABLAN, CASH LUNA::


Cash Luna y su abominable negocio de fe

Debiera de darnos en qué pensar un hombre que se vende como candidato presidencial.

Marcela Gereda 
 
Estos días de familia y amistad en la celebración del nacimiento de Cristo, debieran ser acaso oportunidad de cuestionarnos por qué seguimos a ciertos “guías espirituales” y no a otros. ¿Por qué miles y miles de personas siguen a ciertos pastores que no son sino pequeñas esquirlas del capitalismo que lucran con la fe de las personas y esa necesidad intrínseca a todos los seres humanos de sentirnos “salvados”?.
¿Por qué ciertas personalidades han logrado manipular mentes, colectivos y sociedades enteras enlatando la salvación y vendiendo el paraíso eterno?
Es cosa sabida que en la década de los setenta Estados Unidos lanzó una intensa campaña de penetración pentecostal con el fin de frenar el avance de la Teología de la Liberación y la correspondiente tendencia por la opción preferencial por los pobres y la acción política.
“Bendiciones materiales para la gloria de Dios, todos serán bendecidos al entregar el bono divino”. “Dios ha hecho este proyecto posible”, se escucha decir retóricamente a algunos de estos fantoches de la fe que desgranan el bolsillo de un pueblo con sus “diezmos divinos”. Debiera de dar en qué pensar a sus discípulos que la oficina de Cash Luna esté llena de revistas de jets, relojes, etcétera. Debiera de darnos qué pensar que quien dice representar la palabra de Dios, lleve en sus muñecas relojes Rolex y Cartier (entre US$25 mil y US$30 mil). ¿No era una vida de austeridad lo que buscaba el Jesús de los pobres?
Seguro que Cash Luna no tiene idea de quién fue Francisco de Asís, que dijo que él necesitaba pocas cosas para vivir y que las pocas que necesitaba las necesitaba poco.
Llama la atención el testimonio de Ana Sosa, exdiscípula de Cash Luna, quien se pregunta: “Yo estuve en Casa de Dios dos años, fui oveja, líder, etcétera, pero fallaron. Yo soy prueba de la falsedad de sus palabras (de Cash Luna). Gracias a Dios me levanté pero nunca más volví a ese lugar, donde se le sonríe a la gente por delante, más si tienes un cheque que entregar. No soy la única que ha padecido esto. Conozco parejas que se han divorciado por una mala guía de Casa de Dios. Conozco líderes que abusan de su posición para acostarse con sus ovejas en Casa de Dios. Por favor señores no pequemos de ignorantes, Carlos Luna es un gran orador, magníficas charlas de superación empresarial, social y económica. Pero de Amor y Honestidad no sabe nada”.
Otro testimonio de un exfiel, señala: “avaricia de este sicólogo religioso que sabe manipular los sentimientos de los ingenuos que prestan oído a enviar ofrendas”.
Cash Luna comprende muy bien que para manipular masas se manipulan deseos y miedos. Es esa su maestría y su condena.
El sociólogo Jesús García Ruiz habla de “la privatización de la religión; de ciertas iglesias evangélicas como microempresas familiares”; es este el caso específico de Casa de Dios dirigida por Cash Luna y la Iglesia Bethania, en Quetzaltenango, regenteada por un matrimonio de pastores-mercaderes, quienes además de negociar con la fe, han tenido gravísimas denuncias ante la PNC.
Bajo la consigna para sus seguidores: “Lo mejor de tu vida está por venir”, estos pastores de Xela, se llenaron los bolsillos a costa de la fe del pueblo, mediante el monstruoso proyecto inmobiliario “Valle de las Rosas”. Entre falsas prédicas y adoctrinamiento de los más pobres para montar su negocio familiar, los pastores privatizan la espiritualidad de los fieles.
Lo que hay en esta retórica es una respuesta falsa para un país sin tejido social. Muchos guías espirituales de diversas iglesias se aprovechan de que los designios divinos son dogma, no se cuestionan.
Falsos apóstoles. Falsas enseñanzas. Fe y espiritualidad de plástico, hecha de Mercedes Benz y reloj Rolex.
De pastiche de discursos inocuos que hablan a un pueblo urgido de fe y hambriento de espiritualidad.
Debiera de darnos en qué pensar un hombre que se vende como candidato presidencial en sus gigantografías y vallas publicitarias vendiendo sus “noches de gloria” y actúa como mercachifle de la religión. Debiera de causarnos desconfianza y pavor un hombre que se enriquece con la fe de un pueblo. La fe es otra cosa que seguir a estos falsos pastores, la fe amigo lector, es acaso lograr ver a Jesús en cada ser humano.
“El que no está dispuesto a perderlo todo, no esta preparado para ganar nada”. Dejemos que la curiosidad nos lleve donde sucede la vida.

(INFORMACIÓN APARECIDA EN "EL PERIÓDICO", DE GUATEMALA, C.A.)

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